Viaje por territorio americano.
- Nómadas del Paisaje
- 20 sept
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Actualizado: 21 sept
Conocer los paisajes de este vasto territorio era uno de mis deseos programados desde siempre, pero claro todo era cuestión de tiempo y dinero para hacerlo realidad y sí, este año 2025 ha cuadrado todo y ha sido posible recorrer en furgo parte de los estados de Nevada, Idaho, Montana, Wyoming, Utah y Arizona, recorriendo unos 4000 km de paisajes muy diversos y cautivadores.
En este artículo presento una breve descripción del recorrido, centrando la atención en lo que para mí resulta esencial: la contemplación del paisaje. Por esa razón, no se incluyen imágenes de pueblos, ciudades ni aspectos de la cultura social estadounidense. Aunque viví experiencias memorables en bares auténticos de cowboys, rodeos y desfiles, he decidido reservar esos relatos para otra ocasión, en forma de crónica viajera, con el propósito de compartir mis reflexiones sobre la sociedad americana en la actualidad.
Como todo en Estados Unidos, el primer contacto con el país fue impactante. Llegar a Las Vegas es como adentrarse en un gigantesco decorado urbano, diseñado para una ciudad que nunca duerme y que vibra las 24 horas con un ritmo frenético. Casinos, hoteles, tiendas, bares, alcohol, espectáculos, música, fentanilo y otros excesos se entremezclan en un escenario tan desbordante como fascinante. Un entorno perfecto para quienes disfrutan capturando la esencia de la fotografía urbana y social.
Bien, pues nos alejamos del ruido y las “distorsiones” de Las Vegas y cogemos carretera para cruzar el estado de Idaho. Una gran llanura de tierra volcánica salpicada por ranchos y grandes extensiones de cultivo de patatas con telón de fondo de la vertiente oeste de la cordillera de las Freds Mountain. Vamos ya enmudecidos por el panorama que va pasando ante nuestros ojos y nos adentramos en Montana, para llegar a nuestro primer objetivo de este viaje: el Parque Nacional de Yellowstone.
Si existe en el planeta un lugar donde se pueda apreciar la energía, fuerza y actividad interna de la tierra es sin ninguna duda aquí en Yellowstone. Actividad geotérmica dando lugar a fumarolas y géiseres por doquier. A este atractivo se le añade inmensos valles glaciares con praderas que dan paso a los desfiladeros y cañones con frondosos bosques, altísimas cascadas, manadas de bisontes elks, alces y ocasionalmente osos y lobos.
Tras unos cuántos días de abrumadora naturaleza nos vamos hacia la Cordillera del Tetons, también en el estado de Wyoming. Inmensas llanuras con tranquilos y cristalinos lagos desde donde se elevan abruptamente las cumbres de los Tetons. Entre las infinitas praderas y los restos glaciares en las montañas y las antiguas construcciones de madera podemos apreciar la esencia del oeste americano en su forma más pura y grandiosa. Es aquí en este Valle de Jackson Hole donde se puede apreciar también el estilo de vida americano más profundo y más si se coincide con el espectacular desfile del 4 de julio o se tiene la oportunidad de asistir a un rodeo.
Los días y los kilómetros se van sucediendo sin descanso y sin dejar de asombrar los pueblos, las carreteras, las gasolineras, los moteles, vamos todo lo que el imaginario de Hollywood nos ha hecho ver en las películas. Aunque una vez más la realidad supera la ficción.
Con la cabeza llena de imágenes grabadas de bosques, lagos, ríos y frondosos valles nos introducimos en el territorio de Moab en el estado de Utah. ¿Qué ha pasado? Parece que nos hemos transportado a otro planeta. Estamos en el corazón del desierto rojo americano, donde la geología ha jugado a ser artista, creando formaciones rocosas impresionantes como las del Parque Nacional de Arches. Es un espectáculo tanto por las formas de las rocas como por los colores: rojos, naranjas y ocres que cambian de tono con la luz del día. El calor del sol se siente en la piel con fuerza, mientras con la brisa cálida se percibe el aroma seco del desierto. Es un lugar que te deja sin aliento, un verdadero museo al aire libre.
Cerramos el circuito de este viaje por territorio americano a través de uno de los paisajes más icónicos del suroeste americano entre la frontera de los estados de Utah y Arizona. Me refiero a Monument Valley, un desértico valle que nos recuerda a tantas películas del lejano oeste con sus paredes verticales elevándose sobre las llanuras como si se trataran de fortalezas de arenisca roja.
Esto es todo amigos, una síntesis de un gran recorrido fotográfico en el que sería necesario dedicar más tiempo para conocer más a fondo este increíble y fantástico territorio.
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