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Foto del escritorNómadas del Paisaje

Fotografía y Paisajes. Parte I.


Fotografiar un paisaje puede ser una tarea bastante fácil o extremadamente difícil, dependiendo del contenido y la composición de la misma y sobre todo, de lo que se consiga transmitir o contar.

Todos hemos visto revistas, libros, webs y portfolios de fotógrafos y conforme se van pasando fotos siempre hay una que llama nuestra atención, una que le dedicamos más tiempo para intentar interpretarla o leerla con el fin de descubrir ese mensaje o contenido oculto, en ese momento esa fotografía se convierte para el observador en una gran obra y para el fotógrafo -aunque no se llegue a enterar- un objetivo cumplido para con ese espectador.

Pasa el temporal por encima del Sasso Lungo. Dolomitas, Italia.

Trípode. Sierra de las Nieves. Málaga. Cuando parece que es posible tocar el cielo con las manos. Con la luz existente este día se consiguió diferenciar las texturas y tonos entre estos valles.

Pienso que para esta “modalidad” fotográfica hay que profundizar más en el aspecto de la observación del medio y del entorno y no sólo en las cuestiones técnicas de la captura, que no es baladí. Es fundamental conocer el medio donde realizar las tomas, es decir, conocer el recorrido del sol o de las estrellas durante un día que nos encontremos entre montañas, horario de amanecer y atardecer, situación y condiciones meteorológicas, condiciones de luz a determinadas horas. A modo de ejemplo, en mi caso concreto de fotografiar paisajes de montañas, debo calcular a qué hora tengo que estar en determinado valle y a qué altura del mismo para capturar los primeros rayos de sol iluminando la arista cimera de alguna montaña. O conocer qué situación meteorológica ha ocurrido en determinado lugar para acudir a la espera de encontrar el escenario ideal, es el caso típico de salir a la montaña después de una tormenta cuando te encuentras la atmósfera limpia y si se gana altitud es fácil que me encuentre con el regalo de un mar de nubes, y si nos coge en la montaña el final de la tormenta, cuando comienzan las nubes a abrirse y dejar que los rayos del sol pasen tímidamente entre ellas, ya, bueno, sinceramente, “eso hay que vivirlo, es una cosa muy grande que no se puede explicar con palabras”.

Tajos de Juanazo. Sierra Blanquilla. Málaga. Estar en el momento oportuno de un claro entre las nubes para aprovechar el sol dando en los tajos.

Bien, conociendo todo esto y por supuesto, conociendo el comportamiento de nuestro equipo y aplicando las técnicas de cada uno en cuanto a medición de luz, punto de enfoque, profundidad de campo, focal, ISO adecuado, temperatura de color, uso de filtros de densidad neutra, filtros polarizadores y aquellos recursos que se puedan utilizar como flashes, linternas, fondos,… conseguimos hacer una fotografía de paisaje. Pero, casi siempre hay un pero. Hemos capturado una imagen de montañas, quizás con un lago bajo oscuras nubes que dejan pasar un rayo de sol, es decir, una imagen bonita, pero, ¿que se ha fotografiado? Sí, es una imagen impactante, compositivamente muy buena, nítida, con una profundidad de campo adecuada y además se le ha dado un repaso con máscaras de luminosidad, efecto dodge&burn, efecto Orton, viñeteo para cerrar el encuadre, niveles por zonas, y todo lo que haga falta para “potenciar” la imagen. Y la pregunta sigue sin responderse ¿Que se ha fotografiado? Aquí es donde quiero llegar con este artículo y mi modesta aportación a la hora de encontrarme ante un paisaje, yo y la cámara de fotos: mi herramienta.

Arista cimera. Desde la cima del Naranjo de Bulnes, en esta ocasión tuve la gran suerte de tener este magnífico día, ya que durante la ascensión atravesamos las nubes y se nos ofrecía esta maravilla de visión.

Despidiendo el día. Sierra de las Nieves. Málaga. Una vez localizado y preparado el lugar para vivaquear, sólo quedaba esperar la puesta del sol justo por detrás de donde yo estaba ubicado.

Continuará........

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