top of page

Escocia. Tierra de luz y color... y  nubes.

Autocaravana nueva, un mes de vacaciones por delante y un destino de muchos años soñado. Escocia.

 

¡Salimos!

 

Un último repaso que no nos falte de nada imprescindible; vino, jamón, aceitunas "partías", aceite, pan de leña, grandes cantidades de ibéricos varios y ya está todo, bueno, por si las moscas echamos más tabaco y whisky para el camino, mientras llegamos.

 

De fotografía también iba cargado; dos cuerpos, varios objetivos, filtros, flashes, trípodes, reflectores, una bolsa de gigas donde recolectar miles de fotografías,... y bueno, si tienes interés en saber el material empleado, me escribes un correo y te lo cuento. De todo esto que he reseñado, ahora en serio, lo que más espacio ocupaba era la cantidad de composiciones previsualizadas que llevaba en la cabeza y con dibujos. No sólo las imágenes de otros fotógrafos, sino las composiciones que pretendía hacer, pero como en otras ocasiones me ha ocurrido, una vez en el lugar se dispara la imaginación y todo se ve de otra manera. Por citar algunos fotógrafos de referencia y que merece una visita a sus sitios web están Rafa Irusta, Gorka López, John Mc Sporran entre otros.

 

Llevaba anotado un montón de localizaciones, con los horarios óptimos para hacer la foto que buscaba, pero una vez en el lugar la cosa cambia, no contaba con tanta lluvia, a veces muy intensa con viento fuerte y además, casi a cualquier hora y lugar la cantidad de turistas y gente cámara en mano que había por todas partes, ¡ah! fotógrafos con sus trípodes también en cualquier recoveco de cualquier vereda. Y yo que pensaba que estarían todos en Islandia o las Lofoten tan de moda.

Creo, que hacer fotografías en este territorio donde el panorama es tan cambiante y arbitrario puede convertirse en una tarea algo difícil, al menos a mi me costó un poco coger el "punto". Quiero decir con esto, que en un momento dado haciendo un encuadre a un paisaje de nubes oscuras se tiene una medición de luz determinada, pero al segundo las nubes se abren dando paso a la luz con una variación de medición de tres o cuatro pasos, con lo que al final; foto quemada. A mi me ha funcionado bastante bien la mayoría de las veces hacer la medición puntual decidiendo o anticipándome donde medir.

 

Otro aspecto de la captura a tener en cuenta es el enfoque y la nitidez, fotos donde se ha seleccionado bien el foco están enfocadas con la profundidad de campo elegida, pero la nitidez, eso es otro cantar, aunque parece que las nubes siempre están lo suficientemente altas, siempre hay a ras de suelo una capa de vapor, de condensación que tamiza la nitidez, sobre todo en segundos planos. O quizás (casi seguro) esté lloviznando en el fondo y esto crea una especie de velo que impide esa nitidez buscada.

 

De todas formas, lo que más me costó fue hacerme al ritmo del clima, soy andaluz y por lo tanto acostumbrado a días despejados y ocasionalmente, cada vez más ocasionalmente, alguna tímida lluvia, momento en el que aprovecho normalmente para revelar fotos en casa y no salir. Pero claro, donde todos los días tienes agua a jarros hay que espabilar y salir fuera a disfrutar de esos ambientes. Al final te acostumbras a mojarte tú y la cámara, aunque llevéis gabardina los dos, al final se mojan, pero vamos que tampoco pasa na por un refrescón que se lleve la cámara, luego sí hay que dar un limpiado y secado a todo el equipo por aquello de los hongos y que hay que ser curiosos, hombre! que llevamos alguno los cristales que para qué te cuento, y los filtros no digo nada.

Si quieres más información o aclarar alguna duda respecto a esta entrada, puedes ponerte en contacto con nosotros.

Y si te ha gustado lo que has visto, suscríbete para recibir nuevas actualizaciones.

 

¡Gracias por tu visita!

bottom of page